Las aplicaciones de la Web 2.0 no fueron
creadas con un fin educativo, pero están muy relacionadas con las posibilidades
de acceso a la información y a una
gran diversidad de formas de conexión,
comunicación e interrelación entre usuarios, contenidos y sistemas, y tienen
grandes posibilidades para enriquecer
los procesos de enseñanza y así potenciar
los aprendizajes.
Para poder incluir estos recursos en los
proyectos pedagógicos, es necesario trascender el determinismo tecnológico para
adoptar una actitud cuidadosa y respetuosa de las condiciones contextuales que
contendrán y otorgarán sentido a dicha inclusión. El análisis de los usos
generales de la web 2.0 es condición necesaria para ofrecer propuestas
educativas más cercanas a los modos en que
se produce, circula y consume cultura
en el contexto actual. Resulta también necesaria una reflexión consciente y
genuina, respecto de las características del proceso educativo que estamos
llevando adelante.
Dra Edith Litwin: 1. ¿En qué
medida favorecemos, condicionamos u
obstaculizamos una activa y protagónica participación de los estudiantes en su
propio proceso de aprendizaje? 2. ¿Hasta qué punto las propuestas pedagógicas que estamos
implementando facilita el trabajo en grupo, la colaboración, la revisión
colectiva sobre lo realizado y la búsqueda de soluciones conjuntas a problemas
comunes? Estas preguntas orientan hacia una nueva conclusión potencial de los
usos pedagógicos de la Web social: el paso de la web 1.0 a la 2.0 nos permite
pensar en la tecnología apoyando un aprendizaje social y situado, enfatizando
el desarrollo de la inteligencia colectiva y el aprendizaje en red. Al pensar
la relación entre el conocimiento, la cultura, el aprendizaje y la pedagogía,
podemos distinguir tres cambios fundamentales: 1. Las prácticas de búsqueda de
información que ofrece la web 2.0 son mucho más flexibles y menos rígidas en
cuanto a los límites de las disciplinas tradicionales. 2. Se alienta a
comprometerse con el conocimiento de manera diferente. 3. Ofrece la posibilidad
de participar en nuevas prácticas colaborativas de coconstrucción de
conocimiento.
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