Nunca usamos
simplemente herramientas, sin que las herramientas nos utilicen. Nunca usamos
la tecnología para cambiar nuestro entorno sin que nos modifique a nosotros
mismos. La relación con la tecnología no es unidireccional e instrumental sino que
es bidireccional. La distinción entre humanos y la tecnología es difusa y que
está en nosotros el entender la visión relacional de la tecnología. Las herramientas
tecnológicas en sí mismas no implican garantía de éxito o fracaso, todo se trata
de cuan inteligentemente la gente las use. La inclusión de las mismas debe
estar acompañada de una buena propuesta pedagógica. Es fundamental ser
reflexivos y críticos, y tenemos que estar “preparados” para la posibilidad de
que “los beneficios obtenidos” puedan estar bien orientados. Es importante
analizar y determinar en qué situaciones la tecnología es útil y en cuáles no
lo es. El docente quien debe ser el responsable de tomar una decisión crítica
de cuándo la tecnología debe ser utilizada y con qué propósito. Podemos afirmar estos conceptos de manera mas rica desde la teoría de la complejidad de E. Morin y sus maneras de describir la realidad (hologramática, recursiva y dialógica)
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